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miércoles, 20 de febrero de 2013

Amazon, un ejemplo de subcontratas por detrás de las grandes empresas

Hoy 20 de febrero es "el Día Mundial por la Justicia Social", por eso creo muy oportuno comentarles algunas situaciones respecto al tema.
La cadena pública de televisión alemana, ARD, emitió un documental donde denunciaba las penosas condiciones en las que trabajan, y viven, los empleados temporales contratados como refuerzo en almacenes de Amazon en Alemania. En el reportaje titulado "¡Entregado!", protagonizado por una inmigrante española, esta cuenta detalles sobre los largos viajes que tiene que emprender diariamente hasta iniciar sus jornadas nocturnas de trabajo, el alojamiento en cabañas de vacaciones con varios desconocidos -la empresa CoCo Job Touristik se encarga de alojarlos en hoteles de vacaciones o campamentos veraniegos donde escasea la clientela- o el control permanente de los empleados por parte de personal de seguridad con rasgos, y ropas, de apariencia neonazi que intimidan a los trabajadores.
Reporteros de ese canal de televisión mostraron en un reportaje, a través de una maestra de arte española, desempleada y con tres hijos, cómo trabajadores de la multinacional de ventas online, subcontratados por Amazon, tienen que recorrer varias horas para llegar a sus sedes de trabajo y cómo tienen que compartir sus viviendas hacinados en pequeñas casas.
Silvana, que es el nombre de la triste protagonista del reportaje, dejó en España a sus tres hijos y a su marido para trabajar durante tres meses para la campaña navideña de Amazon, empaquetando envíos en la central de la empresa en la ciudad de Bad Hersfeld en Hesse. Como ella, otros diez mil europeos ansiosos por trabajar, fueron reclutados por la red de empleo EURES, y de alguna manera todos ellos son los protagonistas del documental emitido el pasado 13 de febrero.
Según el reportaje, una empresa de seguridad, Hensel European Security Services o HESS, se encargaba de vigilar a los trabajadores, incluso dentro de las habitaciones, en las que entraban sin permiso y llevaban a cabo registros, exclusivamente para documentar "destrozos o robos en el mobiliario del hostal", según han declarado miembros de la empresa a Junge Welt, periódico alemán publicado en Berlín. Según se muestra en el documental -y publicó también el New York Times en su edición del pasado lunes-, la empresa HESS tendría vinculos con grupos neonazis, aunque como recoje el NYT, "H.E.S.S. - que se explica por el nombre del lugarteniente de Hitler, Rudolf Hess - ha negado las afirmaciones hechas por el documental y los miembros del sindicato alemán ver.di, que dijeron haber visto a guardias rapados al estilo militar, botas militares y ropa de la empresa Thor Steinar , popular entre los neo-nazis en Alemania e ilegalizadas en el Parlamento y las legislaturas de varios estados e incluso en estadios".
Por su parte el Deutsche Well escribe en su página web "El experto en Amazon del sindicato alemán Ver.di, Heiner Reimann, sostuvo que la compañía tiene "un problema permanente" con la situación de sus empleados subcontratados. La empresa debe buscarlos en el extranjero porque en torno a los centros de logística muchos tuvieron malas experiencias y no quieren volver a repetirlas, añadió".
El diario español El País termina con el párrafo siguiente su información respecto a este tema:  "Pero muchos analistas ya señalan que esta situación es posible por los dramáticos recortes de gasto público en los países europeos socios de Alemania, que generan paro y necesidad en los lugares más afectados por la crisis, así como por la dilución de los derechos laborales alemanes durante los últimos tres lutros. Amazon, como titulaba una pieza de opinión en el prestigioso Süddeutsche Zeitung, “somos nosotros”.
Sin embargo esta situación que están viviendo miles de europeos la encontramos también en países de otros continentes, encontrándose por detrás de ellas, siempre, importantes multinacionales de diversos países. Recordemos el caso denunciado en la localidad coruñesa de Arteixo -ver El Mundo del día 24 de enero de 2012-,"Jornadas de hasta 15 horas seguidas descargando camiones a mano, ausencia de prevención de riesgos laborales o salarios que en ocasiones no sobrepasaron los cien euros mensuales. Son sólo algunas de las precarias condiciones que denuncian los empleados de Atlas Servicios Empresariales, empresa subcontratada por Inditex en diciembre de 2010 -según los afectados-, para la realización de trabajos logísticos en la sede de la multinacional en Arteixo", o como publicaba la web El Confidencial "Niñas y adolescentes trabajando sin contrato, privadas de libertad y en condiciones insalubres durante más de 72 horas a la semana por un salario de 0,88 euros al día, del que sólo podrán disponer cuando hayan transcurrido de tres a cinco años y que servirá para pagar su dote matrimonial. Ese es el sombrío escenario laboral de miles de jóvenes del estado de Tamil Nadu, al sur de la India, que son empleadas en condiciones que rozan la esclavitud por empresas textiles de aquel país que luego suministran sus productos a grandes firmas internacionales, entre ellas las españolas Inditex, El Corte Inglés y Cortefiel". 
También la organización Ethic denunció en su web, el año 2011, este tipo de prácticas, trabajo esclavo mediante subcontratadas, en Brasil  "Un escándalo relacionado con los derechos humanos ha salpicado directamente a la empresa española Zara, del Grupo Inditex, tras haberse destapado que un proveedor de la firma en Brasil empleaba a trabajadores bolivianos y peruanos en condiciones de esclavitud".
Situaciones con bastantes similitudes son habituales dadas las presiones que sufren las subcontratadas para ofrecer sus servicios a precios bajos, muchas veces subcontratas que ya trabajan en otros países con empresas del mismo grupo empresarial, e incluso estos grupos forman parte de su capital social directa o indirectamente, lo que repercute en las condiciones en que las mismas mantienen a sus trabajadores contratados para prestar servicio a esos grupos empresariales, aunque no siempre llegan a conocimiento público. Así, Nicaragua vivió el año pasado un apagón que afectó a miles de personas por este motivo: "Durante dos días, los trabajadores, se plantaron frente al edificio Pellas, donde funciona la sede central de la transnacional española Gas Natural Fenosa, que poco a poco ha reducido su planilla, para sustituir los puestos con empleados tercerizados que realizan el trabajo operativo en condiciones precarias.
Los trabajadores tercerizados pertenecen a las empresas: Instalaciones y Servicios, Codeni S.A. del Grupo Cobra y a Unión Eléctrica S.A. (UESA) y demandan incremento de salario, el pago de horas extra, viáticos y el reconocimiento del incremento en el precio del combustible porque utilizan sus vehículos para realizar el trabajo", según publicaban diarios del país.
"Según el estudio “Crisis energética en Nicaragua, responsabilidades compartidas” elaborado por el Observatorio de la deuda en la Globalización, COBRA, es una empresa “allegada” a Unión Fenosa, quien la contrata para desarrollar trabajos de lectura, corte, reconexión y Call Center.
Dicha afirmación, se confirma al estudiar las conexiones entre Cobra y Unión Fenosa: La empresa Cobra según informa en la página 83 de su memoria tenía un capital social a 31 de diciembre de 2005 representado por 400.000 acciones al portador, de 60’10 euros de valor nominal cada una, totalmente suscritas y desembolsadas, de las que 399.990 pertenecen a ACS Servicios Comunicaciones y Energía S.L.
ACS Servicios Comunicaciones y Energía S.L. es una empresa del Grupo ACS. El Grupo ACS, a través de la empresa matriz, ACS Actividades de Construcción y Servicios S.A. posee una participación del 40,47% en Unión Fenosa S.A, indica el estudio". Información obtenida de la publicación digital nicaraguense Correo para Ciegos en 28 de marzo de 2012.

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